Miró al animal muerto a sus pies y dejó caer el garrote de hueso. Lentamente se fue percatando de las implicaciones de su hazaña. "He matado una hiena -se dijo mientras comprendía-, he matado una hiena con mi honda. No un animalito: una hiena, un animal que podría haberme matado. ¿Significa que ya me he convertido en cazador? ¿Un verdadero cazador?". No era alborozo lo que sentía ni la excitación de su primera matanza, ni siquiera la satisfacción de haberse sobrepuesto a una bestia poderosa. Era algo más profundo, algo que la volvía más humilde. Era saber que se había sobrepuesto a sí misma. Fue como una revelación espiritual, una percepción mística; y con una veneración profundamente sentida, habló al espíritu de su tótem con el antiguo lenguaje formal del Clan:
- Sólo soy una muchacha, Gran León Cavernario, y los caminos de los espíritus me son desconocidos. Pero ahora comprendo un poco mejor. El lince fue una prueba, todavía más que Broud. Creb ha dicho siempre que no es fácil vivir con un tótem poderoso, pero nunca me dijo que los dones más grandes que otorgan están adentro. Nunca me dijo cómo se siente uno cuando comprende por fin. La prueba no es simplemente algo difícil que hacer, la prueba es saber que uno lo puede hacer. Agradezo el que me hayas escogido, Gran León Cavernario. Espero que llegue a ser siempre digna de ti.
- Sólo soy una muchacha, Gran León Cavernario, y los caminos de los espíritus me son desconocidos. Pero ahora comprendo un poco mejor. El lince fue una prueba, todavía más que Broud. Creb ha dicho siempre que no es fácil vivir con un tótem poderoso, pero nunca me dijo que los dones más grandes que otorgan están adentro. Nunca me dijo cómo se siente uno cuando comprende por fin. La prueba no es simplemente algo difícil que hacer, la prueba es saber que uno lo puede hacer. Agradezo el que me hayas escogido, Gran León Cavernario. Espero que llegue a ser siempre digna de ti.
Jean M. Auel / El Clan del oso cavernario
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