viernes, 23 de febrero de 2007

Variado

Aprender
es descubrir
........ lo que ya sabes.

Actuar es demostrar que
.......... lo sabes.

... Enseñar es recordarle a los demás
que saben tanto como tú.
... Sois todos aprendices,
.......... ejecutores, maestros.


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.......... He aquí
..... una prueba para verificar
si tu misión en la tierra
..... ha concluído:

............... Si estás vivo
............... no ha concluído.


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..... Todos los seres,
todos los acontecimientos
..... de tu vida, están ahí
......... porque tú los has convocado.

De tí depende
.......... lo que resulvas hacer
con ellos.


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..... Nunca
... te conceden un deseo
sin concederte también la facultad
... de convertirlo en realidad.

............................. Sin embargo
.................... es posible que te cueste
................................. trabajo.


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Tu única obligación
........ en cualquier período vital
............... consiste en ser fiel a ti mismo.

..... Ser fiel a otro ser o a otra cosa
no solo es imposible
..... sino que también es el
.......... estigma del falso
.................... mesías.


Richard Bach. -- El puente hacia el infinito.

Amado mío

«Desde que te fuiste, amado mío, ya no
trabajo en el telar. Pensando en tí
soy como la Luna llena: mientras más
anochece, más mengua y pierde brillo.»

Kang Kiuling (en algún libro que no anoté)

Coincidir

- Nada ocurre porque sí. No hay nada realmente casual. Nuestro mundo tiene un destino y tu llegada no fué un acontecimiento azaroso.

- ¡Qué quieres decir? - preguntas con voz trémula - ¿Acaso sabías que yo vendría?.

- En realidad, no - replico - Mejor dicho, no sabía que vendrías en este precioso momento, pero sí sabía que ocurriría. Tenía que ocurrir.

Richard Bach. -- El puente hacia el infinito (1984).

Sin miedo

El susto, a diferencia del miedo, se refiere a un hecho concreto que está sucediendo en el momento de la respuesta temerosa; es decir, es siempre una respuesta a una situación presente. Digo con criterio que estoy asustado cuando se presenta una situación genuinamente amenazadora que desemboca en esa sensación de inquietud y movilización que se conoce con el nombre de reacción de alarma, un reflejo corporal y psíquico frente a una situación de peligro.

Si entrara rugiendo un león en la habitación donde nos encontramos, lo más probable sería que nos asustáramos; porque la figura del león está asociada en nosotros a una situación de peligro. Esto es susto, no miedo.

Puedo contarle que me asusté a otra persona y esta lo puede entender, aunque no se asusta cuando se lo cuento. Lo entiende porque la relación entre estímulo y respuesta temerosa es lógica.

¿Qué sería el miedo? Continuando con el ejemplo anterior, si el domador se llevó el león, si lo vi salir del edificio y si espié por la ventana como lo trasladaban hacia el zoológico y a pesar de eso, al día siguiente al ir hacia ese lugar empiezo a pensar que podría estar ahí el león o una vez en el lugar no puedo concentrarme en lo que hago porque podría entrar un león; me estoy asustando de mi propia idea. Tener una respuesta biológica de alarma a pesar de que el peligro no está, no es susto, sino miedo.

Siendo muy básicos podríamos decir que el susto entra por la percepción y el miedo, por la imaginación. Y por eso el miedo no siempre está generado a partir de algo verídico.

Se suele llamar al susto el Miedo Sano porque funciona en general como una respuesta protectora toda vez que nos prepara para conjurar un peligro o una amenaza real. Si no fuera capaz de asustarme no podría por ejemplo huir rápidamente de un lugar donde empieza a producirse un incendio.

Asustarse se convierte en problema cuando la percepción o la interpretaciOn de la percepciOn nos informan mal sobre la peligrosidad de las situaciones. Es decir, cuando percibimos lo inofensivo como ofensivo, lo cotidiano como extraño y lo inocuo como dañino.

La primera respuesta frente a una situación de peligro es susto, la segunda, desde el recuerdo vivencial de ese peligro es miedo.

El miedo, dice Krishnamurti, es un invento del pensamiento, que evoca un peligro o frustración del pasado y lo proyecta en el futuro. La sensación de susto frente a un pensamiento.

El estímulo de la respuesta temerosa no está afuera sino adentro. Es la percepción de mi construcción mental lo que me asusta, mis propias fantasías catastróficas y no los hechos. Aquí también habría que diferenciar unos pocos miedos protectores relacionados con peligros objetivos y muchos miedos paralizantes siempre ligados a prejuicios y condicionamientos. Aquellos se aprenden, estos últimos son siempre enseñados por otros.

(De Jorge Bukay. Palabras a la carta. http://www.palabrasalacarta.com/)

jueves, 15 de febrero de 2007

La casa de las palabras

A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.

En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino...

(Eduardo Galeano "La casa de las palabras". --El libro de los abrazos)



En este primer post de bienvenida explico la razón de este blog, que por demás es sencillo:

Juntar bajo un mismo techo aquellas frases o fragmentos de libros que de una u otra forma me han estremecido.

Sean pues bienvenidos a La Casa de las Palabras